HELLÉN FERRO
(1919-2011)
No presagiaba el nombre de
herrería
la pluma de oro y
el temblor de su alma; cristal soplado por tormenta y calma
de la primer
jornada al postrer día.
Pudo ser timonel y fue
vigía,
por gritar “¡tierra!”
en plan de puño o palma batiente en el color de la alegría
que al cabo -siempre- con
dolor se empalma.
Entramado, surtido de universos
en expansión: literatura y
cine,
“Bebe” Cooke, Sur, Rodolfo, traducciones...
Con fe en la eternidad
rindió sus versos.
Que en la paz del misterio
se recline, desafiando el olvido y sus rincones.
CARLOS MARÍA ROMERO SOSA
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